lunes, 13 de abril de 2009

EL MEJOR PRECIO NO IMPLICA NECESARIAMENTE UNA BUENA COMPRA

Recientemente las adquisiciones realizadas por el Gobierno Federal se han transparentado aun más, esto debido a varios acuerdos de carácter internacional como los signados por México con la OCDE y con el FMI en los cuales el Gobierno Mexicano se compromete a bajar los niveles de corrupción, siendo parte importante los candados de tipo legal y administrativo que resguarden una adquisición transparente, caso en específico todos los procesos inherentes a una Licitación de carácter público, como es de muchos sabido el mayor comprador de bienes y servicios en nuestro país es el Gobierno Federal quien adquiere millones de pesos diarios en bienes que garanticen el correcto funcionamiento de las dependencias e instituciones que forman parte de él, razón por la cual estas adquisiciones deben hacerse siguiendo parámetros que cumplan con las condiciones de precio, calidad, oportunidad, financiamiento y demás circunstancias pertinentes, condiciones establecidas Constitucionalmente.

Es común encontrarnos que los contratos fruto de las licitaciones son adjudicados en un 98% a las empresas que oferten el precio más bajo, siendo esta la única condicionante tomada en forma específica para adjudicar un concurso, cosa que es sumamente importante, pero no constituye la razón única para fallar a favor de empresa determinada, aquí es donde cabe hacer el cuestionamiento ¿ Realmente se tomaron en consideración las condiciones de calidad, oportunidad, financiamiento y demás circunstancias pertinentes?, ¿Acaso no son parte sumamente importante para una adjudicación?. Cualquier persona responsable y capacitada encargada de las cuestiones de carácter económico en una empresa ponderaría al momento de realizar las adquisiciones propias todas estas condiciones, ya que el error en una de ellas podría traer aparejado un costo mayor y la pérdida del beneficio de una compra adecuada, o como comúnmente se dice “lo barato sale caro”.

En mi experiencia como Consultor en el área de adquisiciones de carácter Gubernamental, los servidores públicos encargados de las adquisiciones rara vez ponderan de forma adecuada las demás condiciones que aparte del precio existen, por lo que pudiera darse una compra mal adjudicada.

Si se pretende tener en nuestro país adquisiciones gubernamentales más trasparentes y realmente convenientes es pertinente que las autoridades responsables efectúen un estudio serio de los requerimientos y las condiciones más favorables para su adquisición, dejando de lado el hecho de solo contemplar el Precio como condición única para adjudicar un contrato y evitar poner como pretexto para hacerlo el hecho de que se debe favorecer a quien ofrezca el precio más bajo, esto para permitir una competencia real y justa entre proveedores, siempre buscando tener los mejores bienes para servir como se debe a los mexicanos.